Graña y Montero

Stracon GyM vendido por US$77 millones

El actual CEO de la compañía de servicios mineros, Steve Dixon, es el comprador. La venta cumple con la Ley 30737, que reemplazó al Decreto de Urgencia 003.

La constructora Graña y Montero (GyM) vendió su brazo minero Stracon GyM por US$77 millones, según diversos banqueros de inversión y fuentes cercanas a la empresa. El comprador es Steve Dixon, actual CEO de la empresa de servicios mineros. Consultada al respecto, GyM confirmó  que la venta es por toda la participación de GyM (87.6%) en Stracon.

En el 2011, Stracon y el área de construcción del grupo Graña y Montero formaron Stracon GyM, tras trabajar en múltiples joint ventures mineros desde el 2003, como la mina El Brocal (Buenaventura) o Marcona (Shougang). Stracon GyM se formó luego de que GyM comprara el 74.1% de Stracon por US$165 millones.

En el 2014, GyM adquirió una participación adicional de 13.5% en Stracon, por US$25 millones. Con ello, GyM amplió su participación a 87.6% del accionariado. Steve Dixon y otros ejecutivos de Stracon GyM se quedaron con la participación restante.

Luis Díaz Olivero, CEO del Grupo Graña y Montero, señaló que el múltiplo de la venta es de 3.72x el ebitda proyectado al 2018. El valor de la empresa, incluyendo la deuda, se tasó a US$110.8 millones. Los estados financieros individuales de Stracon GyM no son públicos.

 

VENTA SIN COMPETENCIA

El deal no es el resultado de un proceso de M&A competitivo liderado por un banco de inversión, como suele hacerse a fin de encontrar el mejor postor.  Se pudo conocer que GyM recibió otras ofertas no vinculantes por un equity value de tres dígitos (más de US$100 millones), comparado con los US$77 millones que finalmente recibió.

Sin embargo, en un comunicado, GyM aseguró que “no existieron mejores ofertas” que la recibida por Stracon SAC. “Para tomar la decisión final se han analizado una serie de ángulos que finalmente concluyeron que la mejor oferta para beneficio de la compañía era la de Stracon. Cuando se analizan ofertas de compra-venta, se toman en cuenta varios factores que determinan el valor real de la oferta como la certeza, la calidad del comprador y la velocidad del proceso”, se lee en el comunicado.

Steve Dixon tendrá que desembolsar los US$77 millones al cerrarse la transacción, para lo cual cuenta con el respaldo del fondo de inversión Ashmore, según diversos banqueros de inversión que mantuvieron su identidad en reserva por haber evaluado informalmente el deal.

En cuanto a los asesores financieros, EFIC Partners representó a Dixon, mientras que el asesor legal fue el estudio Carrera, Pinatte & Baca, Álvarez. El Estudio Muñiz fue el asesor legal de GyM, mientras que el Estudio Echecopar asesoró al fondo Ashmore.

Dixon había afirmado a esta revista en setiembre del 2017 que Stracon GyM no iba a ser vendido debido a que la empresa era “una parte clave de la oferta de servicios del grupo”. Pero entre septiembre del 2017 a la fecha, las condiciones con las que la constructora y del grupo enfrentan la reducción de su deuda han cambiado.

 

LAS RAZONES DETRÁS DE LA VENTA

La premura con la que se desarrolla la venta y el precio aparentemente menor, por no haber pasado por un proceso competitivo, se explicarían por la urgencia de que la constructora tenga una mayor holgura financiera. GyM apunta a que la venta de Stracon GyM reduzca el 55% de la deuda de la constructora.

Esto le permitirá a la constructora acceder a mejores condiciones crediticias y así tener una mayor capacidad de crédito para capital de trabajo y pago a proveedores. A estos últimos, asegura la empresa, se les continúa pagando.

En el 2017, los ingresos de GyM se redujeron en 18%, en parte por las menores ventas del mismo Stracon. Si bien el ebitda y los márgenes de la división mejoraron, esto en parte se dio por la venta de activos de las subsidiarias del grupo y la venta de activos de Viva GyM —inmobiliaria del grupo—, en la que GyM tiene una participación minoritaria.

Además, GyM ha reducido considerablemente su backlog de proyectos. A inicios del 2017, la subsidiaria contaba con un backlog de US$854 millones, y cerró en US$456 millones ese año. En la presentación de resultados de la empresa para el cuarto trimestre, Díaz Olivero reconoció que no tenía altas expectativas de aumentar el backlog de la empresa en el 2018.

 

CUMPLE CON LA LEY 30737

La venta se da luego de emitida la Ley 30737, que reemplaza al Decreto de Urgencia (DU) 003, a la cual Graña y Montero está sujeta por haber sido socio de Odebrecht en la Interoceánica Sur, tramos 2 y 3, y en la construcción de la línea 1 del Metro de Lima. A la fecha, la firma viene cumpliendo con lo requerido por la ley.

La norma indica, por ejemplo, que las socias de Odebrecht deben presentar un programa de prevención de riesgos y cumplimiento (compliance), un sistema con el que el grupo Graña y Montero ya cuenta. El grupo ya ha enviado cartas al Ministerio de Justicia indicando las acciones que ha implementado en todas sus subsidiarias como parte de su sistema de compliance, además de cartas en las que expresa su disposición a colaborar con la fiscalía.

La venta no requiere de la aprobación del Ministerio de Justicia, pero sí requiere de la formación de fideicomisos de garantía para el pago de la reparación civil al Estado. El reglamento para la formación de dichos fideicomisos aún no se ha aprobado. Sin embargo, Diaz Olivero aseguró que el grupo ya ha separado activos por US$150 millones para conformar los fideicomisos una vez que el reglamento sea emitido.

 

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Fuente. Semana Económica.

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